lunes, 17 de octubre de 2011

Dos

Cálida piel 
al reflejo de tus ojos,
sumisas tus manos 
al tocar su cuerpo,
un juego solo para dos 
donde solo existían tú y ella.
Con tus labios 
fuiste más allá del horizonte,
más allá de la fantasía, 
a un mundo al que 
solo dos pueden llegar,
dos que se convierten en uno.
Ella conocía lo desconocido 
y en medio del naufragio
encontró la salida 
a la que quiere pertenecer 
por ti.
Era una dimensión única 
y perfecta
poco a poco se hacía más serena
entre tanta pasión y demencia.
Tu aliento le confundían, 
tus besos la enloquecían,
y entre el roce de piel con piel 
fenece su miedo 
perdida en tus brazos,
en la mezcla de olores, 
de sensaciones.
Tan incierto el futuro 
de ese mundo existencial
caminos únicos 
que iniciaron sin final,
caricias indiscretas 
que surgieron a la realidad
y ella está por ti 
contemplando el día en el que todo 
sea un sí.

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