martes, 25 de noviembre de 2014

Era tan perfecta

Ella se fue sin despedirse, 
tampoco saludó, 
pero todos la estaban esperando
con locura.
Nadie le habló, 
era como si no estuviera, 
mas no podían dejar de mirarla.

Ella era loca, 
usaba minifalda de cuero con pantimedia 
y zapatos zuecos,
blusa de encaje con perlas 
y ojos azules, 
muy azules,
tan azules como el horizonte 
en medio del frío.
Tenía la cara pálida 
y las mejillas color cereza en almibar; 
piernas largas 
casi perfectas
y una sonrisa bravía, 
única, 
ineludible no volverle a ver. 

En medio de todos, 
ella, se divertía 
como al principio,
sin hablarle a nadie, 
sin cruzar miradas;
porque a ella 
no le importaba ninguno de la muchedumbre, 
mas todos estaban ahí por ella.

Ella 
era la nueva efigie por admirar,
era real, 
tan real que nadie la creía posible.

¡Ironía!  

Ella 
era tan perfecta 
que todos le temían.

Ella

Ella no quería una relación seria.
Ella quería divertirse, jugar, conocer, amar.
Ella quería una relación para nunca parar de reírse.