A veces te echo de menos
aunque sabes que me encanta
echarte de más.
Creo que fue desde el día que le puse atención
a lo que me decían tus ojos,
te convertiste en "eso"
en "esto"
que no dejo de querer.
Eres "eso" que no debo
pero disfruto intensamente
y no me da miedo,
al contrario,
me dan las ganas de perderme en tu boca
y encontrarme en tu pecho
y tus manos...
Me duermo con Rachmaninoff de fondo
y con Benedetti a la par.
Es como tenerte enredado en mis caderas.
Sabes que me gusta soñar
y soñarte
es la mejor forma de empezar la noche.
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